El Parlamento Europeo obliga a Barroso a cambiar la Comisión

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, se vio ayer obligado a retirar el equipo de 25 comisarios que había elegido como Ejecutivo de la Unión. Forzado por las pésimas perspectivas de voto que iba a afrontar ayer en el pleno, donde la mayor parte de los grupos parlamentarios habían anticipado su voto en contra de la nueva Comisión, el ex jefe de Gobierno portugués tuvo que parar el reloj y anunciar que buscará una nueva Comisión. Es una crisis sin precedentes en la Unión Europea.

"He llegado a la conclusión de que, si se vota hoy, el resultado no será positivo para las instituciones europeas o para el proyecto europeo... Necesito más tiempo para encontrar la salida consultando con el Consejo Europeo y el Parlamento para obtener un apoyo fuerte para la nueva Comisión". Así habló Durão Barroso ante el Parlamento Europeo, y arrancó el aplauso general.

Barroso había intentado mantener en su equipo a las figuras más contestadas por el Parlamento, especialmente a Rocco Buttiglione, quien iba a ser comisario de Justicia e Interior, a pesar de sus declaraciones en contra de homosexuales, madres solteras y sobre el papel de la mujer en el matrimonio. A pesar de las peticiones de su salida, Buttiglione permaneció, y socialistas, verdes y liberales -entre otros grupos- mantuvieron hasta ayer por la mañana sus espadas en alto. Iban a votar no.

La retirada del equipo de Barroso consagra el papel del Parlamento, cuyos miembros celebraban ayer con euforia que su opinión se haya impuesto. "Nos hemos cansado de oír que el Parlamento era un tigre de papel", asegura el presidente de la Eurocámara, Josep Borrell. Barroso se tomará varias semanas para diseñar un nuevo equipo.