¿Se puede defender Europa?

O mejor sería decir: ¿debe Europa desmantelar sus sistemas de protección social para hacer frente a sus "obligaciones geopolíticas mundiales"? Realmente y a bote pronto parece una excusa de agoreros neoliberales para convencernos de que la práctica del suicidio social no sólo es bueno, sino también inevitable, que Europa es lo que es gracias a unos EE UU de generosidad innata que se ha hecho cargo de las facturas de la defensa y la estabilidad mundial.

Bueno, digamos que sí, que ciertamente Europa ha de hacer frente a unas obligaciones como actor político de primer orden, es estratégicamente indispensable; pero ¿es incompatible el sistema social con las necesidades militares? Pues bien, Europa no carece de presupuesto, carece de voluntad política para conseguirlo; si existiese un solo ejército europeo, no veinte, un solo cuartel general, no veinte, una sola oficina de compras, no veinte, y así hasta las innumerables redundancias que hacen de la defensa europea una de las quimeras más ineficientes que se recuerdan, el Ejército europeo debería tener la dimensión oportuna para las necesidades y escenarios europeos. ¿Y qué mejor que compararnos con el Ejército norteamericano para saber si sus estructuras son las que necesitamos mimetizar?

¿Sería necesario activar y mantener 12 grupos de portaaviones? No, los teatros de operaciones serían fundamentalmente continentales, con tres grupos aeronavales serían más que suficientes para cumplir con las obligaciones de ultramar, atlánticas y mediterráneas. ¿Sería necesario un despliegue de armamento nuclear? No, el arma nuclear es un arma disuasoria y con la fuerza atómica actual de Francia y el Reino Unido sería más que suficiente. ¿Serían necesarias fuerzas de ocupación imperial? No, Europa por sí misma es un foco de atracción y su expansión se debe a su riqueza e ideales, no a sus ejércitos. ¿Debería invertirse en investigación militar? Sí, de forma coordinada y con vistas a la economía civil. Europa, con un ejército no muy numeroso, con tecnología propia (recordemos Airbus) y adaptado a nuestras aspiraciones como entidad política, podría mantenerse sin un aumento en gastos de defensa que lastrase nuestros sistemas de cobertura social.