Pescadores de Tarragona se quejan de la presencia de barcos foráneos

Los armadores de Tarragona denunciaron ayer que la Administración central utiliza una "doble moral" que persigue a los pescadores de arrastre que usan redes de tamaño inferior a lo permitido, mientras "hace la vista gorda" con prácticas que dañan el fondo marino, como la pesca de altura. En concreto, los pescadores de arrastre se quejan de la presencia en aguas del litoral del Tarragona de grandes barcos de otras comunidades, a los que acusan de poner en peligro la pesca artesanal.

Fermí Masdéu, representante de los armadores tarraconenses, señaló que se está perjudicando a la pesca artesanal en beneficio de los grandes barcos pesqueros procedentes de otras comunidades españolas.

La Generalitat abrió recientemente cuatro expedientes sancionadores a los pescadores de Tarragona por el empleo de mallas menores de las permitidas y por la consiguiente captura de pescado de tamaño inferior al legal. La multa podría oscilar entre los 300 y los 60.000 euros.

Los pescadores tarraconenses vienen criticando, además, que barcos de pesca de altura provenientes del puerto de Vinaroz (Castellón) faenan en los caladeros catalanes, con lo que los pescadores tarraconenses ven reducidas sus capturas. Masdéu recriminó al Gobierno catalán que, aunque la zona de Tarragona se considere un modelo en el Mediterráneo en lo referente a la aplicación de vedas biológicas -las practican desde 1962-, la ayuda pública es inexistente. Masdéu añadió que, hoy por hoy, "es imposible" salir a la mar y "sacar adelante a una familia".

Agustí Bondia, de la Cofradía de Pesca, pidió que las administraciones "sean coherentes en su política de defensa del mar, "porque", añadió, "son más tolerantes con las barcas grandes, de gran potencia, y controlan de forma rigurosa a las pequeñas".