Ninguneados

Los ciudadanos de Madrid nos vemos ninguneados frente a los fuertes intereses inmobiliarios de constructoras y ayuntamientos. Los días previos a las elecciones todo son buenos propósitos para los municipios y los ciudadanos que los habitan. Luego la realidad se impone y constatamos cuál es la verdadera importancia del votante corriente.

Vivo en Algete, un municipio en pleno desarrollo urbanístico y muy próximo a Madrid. Ocupo un chalet adosado que hasta hace poco gozaba de maravillosas vistas. He perdido no sólo las vistas, sino la seguridad de mi casa. Están construyendo unos chalets justo debajo del mío y han hecho un corte vertical de tierras para construir las nuevas viviendas. Si yo abro la puerta trasera de mi pequeño jardín aterrizo en la obra en caída vertical.

Alertada por una hermana arquitecto aviso al Ayuntamiento y a la Comunidad del problema de no hacer un desmonte en terrenos blandos (los terrenos eran unas antiguas cárcavas). El peligro de corrimiento de tierras es real. Espero obtener una respuesta antes de acabar con mi familia y el adosado sobre la obra o en el salón del nuevo chalet. Mientras tanto, desde las oficinas del Ayuntamiento insisten en que donde han hecho un corte vertical debería ir una zona verde.

¿Qué tal si abandonan sus despachos y se dan una vuelta por una realidad que no es virtual? ¿No es obligación de los ayuntamientos velar por buen cumplimiento de la normativa y obligar a las constructoras a respetarla? El ciudadano está solo.