La presión fiscal en España subió en 2002 hasta el 35,6% del PIB
España va a contracorriente. La presión fiscal española subió cuatro décimas el año pasado, hasta el 35,6% del producto interior bruto (PIB), según un informe publicado ayer por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, la carga fiscal se redujo en 2002, por segundo año consecutivo, en la mayoría de países integrados en esta organización, incluido el conjunto de la Unión Europea (pasó del 41% al 40,5% del PIB), por los recortes de impuestos y la desaceleración que sufre la economía internacional.
Los impuestos representan cada vez una mayor parte de la economía española. La presión fiscal se situaba en el 32,8% del PIB en 1995; en 1999 subió hasta el 35%; se mantuvo invariable en el 35,2% durante los dos ejercicios siguientes, y el año pasado volvió a incrementarse, hasta el 35,6%, según los datos provisionales del informe de la OCDE.
Al aumento de 2002 han contribuido el alza de impuestos indirectos llevada a cabo ese año, como la subida de los impuestos especiales que gravan el consumo de alcohol (un 8%) y tabaco (0,018 euros por cajetilla), la creación de un nuevo impuesto de carburantes y el incremento del 7% al 16% del IVA que se aplica en los peajes de las autopistas.
Mientras tanto, en 16 de los 27 países de la OCDE de los que se tienen datos, la carga fiscal bajó el año pasado. La mayor parte de ellos pertenece a la UE, según indicó la institución en el informe Estadísticas de los ingresos públicos, cuya presión fiscal se sitúa de media en el 40,5%. En su estudio, la OCDE destaca que se trata del segundo año consecutivo de descenso de recaudación fiscal en la mayor parte de los países, tras cinco años de crecimiento, y que supone una clara inversión de la tendencia.
Suecia es el país que soporta una mayor presión fiscal: en 2002 representaba un 50,6% del PIB, captado a través de impuestos y cotizaciones sociales. Muy cerca se encuentra Dinamarca (49,4%). México es el que menos, con un 18%. Los mayores recortes de presión fiscal, de más de medio punto, se dieron en Austria, Hungría, Reino Unido, Canadá, Irlanda, Grecia y Turquía.
En España la presión fiscal también sigue al alza si te tienen en cuenta sólo el impuesto de la renta y el que grava los beneficios empresariales. En este caso, la carga alcanzó el 10,4% del PIB el año pasado, según el mismo informe, frente al 9,9% de 2001 y el 9,8% de 2000. También hay que tener en cuenta que en 2002 no se actualizó con la inflación la tarifa ni las deducciones del IRPF. En el conjunto de la UE, ese porcentaje se situaba en el 14,1%, inferior también al 14,6% de 2001 y el 14,8% de 2000.
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