Un logro médico ideado por un químico y un físico

El premio Nobel es de medicina, pero lo han recibido un químico y un físico. El estadounidense Paul Lauterbur (el químico) trabajó en los años cincuenta para el ejército de su país, diseñando una serie de ensayos para medir la eficacia de los agentes químicos y biológicos. Pero los trabajos sobre resonancia magnética nuclear (RMN) que le han valido el Nobel los hizo en los años sesenta y setenta en la Universidad de Nueva York en Stony Brook.

"Mi conocimiento de las aplicaciones de la RMN en el dominio de la química me aportó las ideas cuando se hizo evidente la necesidad de localizar la señal de resonancia en el seno de un objeto biológico", declaró ayer Lauterbur a la agencia France Press. "Mi equipo sigue investigando perfeccionamientos de la resonancia magnética, y hay muchos dominios de esta técnica donde se pueden hacer mejoras que la hagan más útil para la medicina, entre ellas la observación de los procesos mentales en el cerebro". Lauterbur trabaja ahora sobre el origen químico de la vida.

La principal aportación del británico Peter Mansfield (el físico) fue diseñar un método de análisis matemático para que la RMN produjera imágenes útiles en el diagnóstico médico. Ayer se mostró muy sorprendido por haber recibido el galardón. "Hay ocasiones", dijo en una rueda de prensa en la Universidad de Nottingham, "en las que creemos que nuestros trabajos son dignos de recibir un premio Nobel, pero en pocas ocasiones sucede".

"Esto es, supongo, el deseo de todo científico, que llegue un día en el que es seleccionado con este honor", siguió explicando el profesor británico. "Les diré que éste es mi caso, con el que he soñado muchos años, pero ya había descartado ese pensamiento".