Al señor Anasagasti

Puedo entender, señor Anasagasti, que se sintiera usted despechado por no ver cumplidos sus deseos de que el Papa fuera recibido en audiencia en Ajuria Enea.

Pero lo que no puedo entender es que para decirnos eso trate de darnos lecciones de moral cristiana.

Lea usted otra vez la carta que remitió a este periódico sobre la visita del Papa y medite un poco lo que está diciendo.

Desde luego, es dudoso, como usted bien dice, que esta visita haya logrado reforzar el mensaje cristiano basado en el amor, el perdón, la solidaridad y la jerarquía de valores.

Sin embargo, lo que no es dudoso es que la actitud de su partido de comprensión y apoyo a los que aterrorizan a sus antagonistas y el aprovechamiento de beneficios políticos provenientes de asesinatos cometidos por otros supone una clarísima transgresión de la moral cristiana.

Acuérdese de la pregunta de Dios a Caín: ¿dónde está tu hermano?-