Voluntarios en Galicia; no, gracias

A un mes vista del hundimiento del petrolero Prestige, me da por pensar ciertos asuntos que por más que planteo entre los míos no encuentro sino miradas escépticas. Estoy de acuerdo con que la catastrofe ecológica es un hecho incontestable y también estoy de acuerdo con que la actitud de los diferentes Gobiernos (central, autónomo, e incluso la oposición) ha sido cuando menos nefasta, pero hay varias cuestiones que no acabo de entender.

A mi parecer, no debería haber ni un solo voluntario en la costa de Galicia. ¿Por qué? Porque la responsabilidad de limpiar todo aquello es de la Administración y no de los ciudadanos. El voluntariado sirve para ayudar en situaciones en las que los fondos escasean, en las que no hay dinero para llevar a cabo una función social, para ayudar a una ONG en todo caso (eso teniendo en cuenta que no deberían existir ONG con funciones de asistencia social en un país como éste, que cobra impuestos para mantener el status de sociedad de bienestar), pero nunca para hacer el trabajo de otras personas que deberían trabajar contratadas por el Estado.

No se puede actuar con el Estado como si se tratase de un niño mimado al que le recogemos los papeles del suelo cada vez que los tira por la calle. Esos miles de voluntarios (a los que en ningún momento niego buena fe) lo que tienen que hacer es dejar de trabajar gratis para el Estado que arruina sus costas y montar una protesta mayúscula exigiendo por todos los medios la movilización de la ociosa Administración y el Ejército en permanente desidia que todos pagamos.

No se puede consentir una clase política inepta y que no pague por sus errores.