Shakira llena de sensualidad el Palau Sant Jordi de Barcelona

Ganaron Guns & Roses, pero era sólo la sintonía. Acabada ésta, y siendo las 22.15 horas, un guitarrista y un bajista se recortaron sobre el telón que cubría el escenario del Palau Sant Jordi de Barcelona, obra del arquitecto japonés Arata Isozaki y una de las joyas construidas con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. Bramaron las primeas notas de Ojos o así y Shakira apareció bajo una gigantesca cobra.

La reina del pop latino, ataviada sucintamente con un top negro y pantalones de igual color, inició su concierto agitando el vientre ante las casi 18.000 personas que acudieron al Palau Sant Jordi para presenciar su único concierto en España. El griterío desatado con este inicio, con el que la cantante Shakira rendía homenaje a su origen libanés -su padre procede de aquel país y su madre, de Cataluña- se redobló cuando la colombiana, ya con un chal negro cubriendo su cuerpo, atacó con su desmedido chorro de voz Si te vas, el segundo de los 19 temas que tenía previsto interpretar en un concierto que supuso su debut en España y, como ella misma manifestó, también en Europa. Quedaban por delante casi dos horas de un pop y rock acentuado con latinidad y mostrado con la sensualidad y capacidad de seducción de una mujer que ha hecho de su cabellera rubia un emblema distintivo.