Episodio

Por la presente quiero referirles un episodio sucedido el pasado día 25 de septiembre en la piscina municipal de Hortaleza, que, si bien a simple vista puede parecer anecdótico, delata la postura que el Ayuntamiento de Madrid adopta respecto al servicio que ofrece a los ciudadanos.

Soy usuario desde hace tiempo de las instalaciones deportivas municipales, no tanto por ocio como por motivos de salud, y en la fecha reseñada descubrí, para mi sorpresa, que no había servicio de botiquín (al no haber sanitario de turno).

Ya al entrar me llamó la atención que en la pizarra donde se anotan los análisis del agua estuviesen los correspondientes al día anterior; pero fue después de nadar, al dirigirme al botiquín para requerir un colirio, como he hecho en otras ocasiones, cuando comprobé que no había asistencia sanitaria.

Pregunté al personal de la piscina sobre este hecho un tanto alarmante, y se me informó de que, según la normativa vigente de la Comunidad de Madrid, el que haya servicio sanitario está en función de los metros cuadrados que tenga la piscina y no de la profundidad de la misma, de manera que en este caso se cumplía la ley.

Sin entrar a valorar lo acertado de la mencionada medida, sí quiero denunciar esta actitud, que me parece indigna por parte de una institución pública.

Y así, dejando un poco al margen lo que podía haber ocurrido en el caso de producirse un accidente de gravedad, este hecho pone de manifiesto cómo el Ayuntamiento de Madrid rebaja cada vez más la calidad del servicio que ofrece, seguramente dando más importancia a balances económicos-empresariales que al bienestar de los madrileños (algo asombroso ante la proximidad de las elecciones municipales).

Todo ello cuando no se deja de hacer alarde de las nuevas instalaciones que se inauguran a bombo y platillo, del elevado número de personas que hacen uso de los polideportivos o de la candidatura olímpica de la ciudad.