Un país enfermo
Noticia de hace unos días: Eusko Alkartasuna atribuye el incendio del caserío de su concejal de Zarátamo en Vizcaya (gobernado por EA) a cuestiones políticas. En la oposición están el PNV y Batasuna. No es la primera vez que ocurre esto; también por el mismo motivo se incendió hace algún tiempo un caserío de gran valor artístico en Guipúzcoa, perteneciente a una militante del PNV. Si a estos hechos añadimos los tiros en la nuca, los coches bomba, la kale borroka, las pintadas o el buzoneo amenazante para personas o grupos, como el reciente caso del cura de Maruri, siempre por motivos políticos, irremediablemente llegamos a la conclusión de que el País Vasco está gravemente enfermo. Se dirá: ¡pues vaya una conclusión! Sí, enfermo, pero no sólo en el sentido político, sino en el sentido más elemental, que es el ético, el moral. Sólo se puede haber llegado a esta situación por una auténtica degradación moral, por una preocupante perversión moral. Todavía hay bastante gente que le da más importancia a lo político que a lo moral, hasta el punto de que algunos parece que han perdido o anestesiado la conciencia por motivos políticos. Parafraseando a Marx podemos decir con pena que en el País Vasco la política es el opio del pueblo, porque es narcotizante, porque impide escuchar la voz de la conciencia, sólo se sigue la pasión política, la sangre que hierve por ideas que envenenan. Unas veces son unos las víctimas otras veces son otros ( pero no de forma equidistante como algunos quieren hacernos creer), y siempre, el hombre que se degrada. Vivimos en la mentira. Antes o después la historia pasará factura.
El espectáculo al que asistimos es propio de pueblos primitivos. Políticos, sacerdotes, educadores, medios de comunicación... deben poner en primer lugar esta tarea de devolver al hombre su dignidad como hombre, y después ya se tratarán los demás temas. ¿Qué modelo de sociedad se puede construir con un modelo de hombre degradado? Antes que las siglas de los partidos está una palabra: hombre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
La justicia rusa declara las Pussy Riot organización extremista por ser “una amenaza a la seguridad del Estado”
ERC anuncia una ronda de contactos de Sánchez con los socios tras una llamada de Junqueras
La deuda pública baja al 103,2% del PIB en el tercer trimestre, pero marca un récord de 1,7 billones
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- El “canibalismo interno” se extiende en el PSOE a la espera del día después de Sánchez




























































