'La ley 'antibotellón' no podrá aplicarse'

Julio del Valle, vallisoletano, de 28 años, es desde 1999 el presidente del Consejo de la Juventud, institución pública que actúa como interlocutora de la Administración en políticas para jóvenes y que engloba a 75 asociaciones juveniles de tipo político, social o religioso. Del Valle es muy crítico con la ley anunciada por el ministro del Interior, Mariano Rajoy, el pasado martes, en la inauguración del congreso sobre Jóvenes, Noche y Alcohol -en cuya organización ha participado el Consejo de la Juventud- y que prohibirá el consumo de alcohol en la calle.

Pregunta. ¿Está de acuerdo con el manifiesto alternativo presentado ayer por algunos jóvenes en la clausura del congreso?

Respuesta. Discrepo en algunos puntos, pero estoy esencialmente de acuerdo. Cuando habló el ministro parecía que estaba clausurando el congreso en vez de inaugurarlo. Rajoy dio la receta para el problema y durante estos días sólo se le ha dado vueltas a esa receta.

P. ¿Por qué están en contra de esa ley?

R. Porque será una ley hecha de cara a la galería. Lo más probable es que nunca se aplique porque podría ser conflictiva. Si se aplica y hay conflictos con los jóvenes, serán aprovechados por el Gobierno para justificar su aprobación.

P. ¿Significa esto que se está tratando el tema como un problema de orden público y no como un problema sanitario?

R. Exactamente. Creemos que en el fondo están las próximas elecciones municipales, de 2003. Librar a los vecinos del botellón en ciudades como Madrid sería una medida muy popular.

P. ¿Por qué beben en la calle los jóvenes?

R. El botellón forma parte de una cultura juvenil alternativa; el problema es que se ha satanizado. Tiene algunos valores positivos, como la utilización de la calle como lugar de encuentro y de socialización frente al ocio de los bares, que es impuesto.

P. ¿Por qué impuesto?

R. Porque un viernes o un sábado por la noche no se puede hacer otra cosa que no sea ir a los bares. Además, en ellos está impuesto desde lo que vas a poder consumir hasta la música que vas a escuchar. El joven solo tiene que decidir la marca de su bebida. Yo, por ejemplo, pertenezco al movimiento Scout y nuestras actividades son claramente alternativas al alcohol. Sin embargo, los fines de semana tenemos muchos problemas para que nos permitan acampar.

P. Pero, el problema sanitario, ¿existe o no?

R. Sí existe y es grave. Precisamente, ése es el problema por el que nosotros nos interesamos y el que se tendría que haber debatido en el congreso, y no la prohibición de beber en la calle, que no soluciona nada. Hay que buscar las causas del consumo excesivo, que para nosotros están en la precariedad laboral, que no permite acceder a la vivienda y retrasa la emancipación. A los jóvenes, consumir alcohol durante los fines de semana les sirve de válvula de escape.