La negociación que llega

El Concierto Económico, que regula las relaciones financieras entre las administraciones vascas y la central, tiene fecha de caducidad: el 31 de diciembre de 2001. Ya se han producido los primeros contactos informales entre las distintas administraciones, aunque todavía no se ha entrado en las claves de la discusión. Desde su aprobación en 1981, el Concierto ha sido el intrumento básico y diferencial de la autonomía vasca. Con la ampliación de 1996, las diputaciones asumieron plena capacidad normativa en materia fisca. La situación de crispación política y fuerte enfrentamiento suscitada entre los partidos que sustentan los gobiernos vasco (PNV) y central (PP) haría temer una negociación conflictiva. Las cosas, sin embargo, no son lo que parecen.El PNV sabe que el Concierto es la piedra angular en la que se basa la autonomía vasca en el aspecto financiero y, más allá de aventuras soberanistas, no se va a poner en peligro. De hecho, la ubicación como diputado en el Congreso de Pedro Azpiazu, experto en temas fiscales y antiguo alto cargo de la Hacienda vizcaína, tiene como objetivo situar en Madrid a un experto para la negociación.

El Gobierno de José María Aznar no da tregua al lehendakari Ibarretxe. Sin embargo, coloca el Concierto Económico fuera de la pugna ideológica y partidista. El propio vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, aseguró la semana pasada, en una entrevista publicada en la revista alavesa Dato Económico, su voluntad de fortalecerlo en el futuro y de eliminar los problemas de interpretación que han ido surgiendo durante su aplicación.

La cuenta atrás de la negociación ya ha comenzado y el margen de maniobra es escaso para ambas partes, a pesar de la tensión política. La necesidad hará que el PP y PNV se sienten a hablar.