Internet frágil

El ataque que han sufrido algunos de los principales suministradores de servicios en Internet de EE UU ha desatado la alarma sobre la fragilidad de la red. Aunque no hay datos sobre los autores, la única hipótesis que explicaría el marasmo es la de un acoso organizado por un grupo que, gracias al control de decenas de ordenadores (un control ignorado por los propietarios de los aparatos), envía millones de peticiones de servicio simultáneas a la misma web, provocando su colapso. No hay dudas de que se trata de una operación organizada, por la simultaneidad de la acción y porque este tipo de ofensiva exige disponer de una importante red de ordenadores.Los objetivos escogidos han sido calculados al milímetro. La tienda electrónica Buy.com quedó bloqueada justo el día en que la compañía salía a Bolsa. E*Trade, un destacado intermediario bursátil, fue paralizado una hora antes de que abriese Wall Street. Cerrar Yahoo! es clausurar una de las puertas más populares para empezar a navegar por la red. Amazon es la imagen, casi fetiche, de lo que debe ser el comercio electrónico. La acción perjudica a los usuarios, que no pueden acceder al servicio, y a la empresa atacada, no sólo por el lucro cesante o un bajón bursátil, sino por el estigma que cae sobre su sitio en la red.

La imagen de una red con algunos de sus líderes paralizados por un grupo de intrusos alimenta la inquietante idea de que Internet es frágil y da argumentos a quienes desconfían. Una desconfianza que puede tener consecuencias en ámbitos como el comercio electrónico o el negocio en la red, que vive momentos de euforia. Internet, como dicen los expertos, a pesar de sus 30 años nominales de existencia, vive todavía en su infancia, y la imaginación puede aplicarse a desarrollarla o a intentar hundirla. Lo ocurrido es un aviso. Por eso, la seguridad de la red no ha de ser capítulo menor en las preocupaciones de autoridades, promotores y usuarios.