El "nuevo" Armstrong reaparece en San Sebastián

¿Le interesan al nuevo Lance Armstrong las viejas carreras que le ayudaron a edificar su palmarés antes de enfermar? El último vencedor del Tour reaparece hoy enla Clásica de San Sebastián, únicas epañola puntuable en la Copa del Mundo, para despedirse del ciclismo europeo y perderse hasta la próxima temporada en EEUU, esquivando la Vuelta y el Mundial.La única prueba española que figura en la Copa del Mundo también adorna el palmarés de Armstrong desde 1995, cuando al estadounidense sólo se le respetaba por su envergadura en las pruebas de un día. El nuevo Armstrong acude a la capital guipuzcoana movido por razones sentimentales: aquí se estrenó en el profesionalismo, en 1992, para clasificarse en último lugar. Sin traumas. Aquel día comentó en privado que un día ganaría la prueba. Segundo tras De las Cuevas en 1994, cumplió su palabra al año siguiente. Ningún ganador del Tour ha logrado imponerse en la Clásica, donde se citan los apellidos de Giro y Tour, y los que animan el arranque de la temporada en los monumentos del ciclismo como la Milán-San Remo, el Tour de Flandes, la París-Roubaix o la Lieja-Bastoña-Lieja.

Reaparece aquí el talento bajo sospecha de Vandenbroucke (líder de la Copa del Mundo), el olfato de Tchmil, el castigado Casagrande (último vencedor de la prueba), el gordito Ullrich, el desconocido Boogerd, el arcoiris de Camenzind... junto a los habituales de julio: Olano, Zülle, Dufaux, Virenque, Gotti o Garzelli.

Todos examinan sus ambiciones en las rampas de Jaizkibel, a 30 kilómetros de meta. Falta por descubrir qué atención querrá prestarle el vencedor del Tour, desde su nueva estatura, al ciclismo (menor para los que sólo se fijan en las tres grandes vueltas) del que hasta hace bien poco se alimentaba.