Gran colapso en Ibiza por la boda de una hija de Matutes

María Matutes y Daniel Gómez, ambos de 24 años, dos personajes hasta ayer anónimos, personificaron anoche una boda famosa, en este caso, la más gubernamental del año, la concentración más densa de poder y de derechas -y de policías- que se ha dado en los últimos meses fuera de las sedes habituales de la política. No en vano ella, la novia, es la segunda hija del ministro de Exteriores, Abel Matutes, y al evento celebrado en Ibiza acudió más de medio Gobierno y parte de la nomenclatura nacional de las finanzas. La pareja se conoció en la empresa turística familiar en la que ambos trabajan como ejecutivos hoteleros. Antes y después de la ceremonia, media ciudad quedó paralizada, fragmentada en dos o tres porciones por los cortes de tráfico, los controles de las fuerzas del orden y los parones de las decenas de curiosos y despistados. Al concluir la boda, la zona de la Marina y el puerto de Ibiza quedó con el tráfico colapsado.

Una corte de seiscientos invitados se congregó en la segunda boda estival que protagoniza una hija del potentado ministro Abel Matutes -hace dos años se casó su primogénita Carmen en idénticas circ-unstancias-.

La lista de importantes estaba encabezada por el matrimonio Aznar, lo que motivó un despliegue policial insólito en la pequeña isla balear, sobre la que sobrevoló como un moscón, toda la jornada, un helicóptero de seguridad y teledetección, también llegado de la península como las egregias autoridades y las decenas de escoltas que necesitan. Pasadas las ocho de la tarde comenzó la celebración religiosa y Aznar y la comitiva de sus coches de escoltas llegó con el tiempo sobrepasado. La ciudad quedó partida por la mitad. Los residentes en Dalt Vila y los turistas tampoco pudieron caminar por el lugar mientras los vips iban y venían de la iglesia.