El presidente de Tibidabo elude la junta para evitar que le destituyan

El presidente de Grand Tibidabo, Xavier Pintó, eludió ayer la celebración de la junta ordinaria y extraordinaria de la sociedad con el pretexto de falta de quórum. La situación produjo una tumultuosa asamblea alternativa en la que se vertieron graves acusaciones contra Pintó y su consejo, mientras crece el miedo a la liquidación de la sociedad. Los pequeños accionistas reclamaron ante notario y anunciaron acciones legales contra lo que calificaron de "alcaldada".

Pintó compareció durante breves minutos ante los 300 accionistas de Grand Tibidabo presentes en la segunda convocatoria. Les anunció que no había quórum del "25% del capital, como marca la ley", y se marchó casi a la carrera del estrado. Pintó explicó en un hotel cercano a la sala -donde continuó una asamblea de accionistas- que espera poder celebrar la junta en septiembre y que no había quórum porque el 14% de capital en manos de la Asociación de Pequeños Accionistas de Grand Tibidabo presentó tarde su delegación de voto. Pintó tampoco admitió a efectos de quórum el 21,50% embargado judicialmente que era propiedad de Javier de la Rosa.

La asamblea, indignada, cuestionó la legalidad de la decisión de Pintó, así como que el consejo cobre más de 40 millones de asignación, y se profirieron numerosas acusaciones de connivencia de Pintó con Javier de la Rosa.

Todos los grupos de accionistas tenían previsto votar ayer contra Pintó y su consejo, por lo que éste prefirió eludir la celebración de la junta.

Grand Tibidabo, con unas pérdidas de 1.054 millones en 1998 y acumuladas de 4.000 millones desde 1996, pretendía reducir su capital igualándolo a los fondos propios (1.965 millones), una exigencia para evitar incurrir en causa de disolución.

Dos consejeros no han firmado las cuentas, repletas de salvedades del auditor.