La sociedad quiere más valenciano

En contra de los malos augurios sobre el peligro de extinción del valenciano, las encuestas de los últimos diez años realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y sobre todo por la Generalitat retratan una situación que, sin ser motivo para lanzar las campanas al vuelo, refleja un incremento en el interés de la sociedad por usar y conocer el valenciano. Este aumento es consecuencia fundamentalmente de la implantación de la lengua autóctona en la enseñanza y no va parejo con los esfuerzos que realiza la Administración. El proceso de recuperación lingüística iniciado a finales de los años sesenta cobró un impulso en los primeros ochenta para expandirse en la década de los noventa, según recogen las encuestas trianuales elaboradas por la Consejería de Cultura, que se dejaron de realizar a partir de 1995. Estas encuestas son más completas y exhaustivas que las del CIS por cuanto diferencian las zonas castellanohablantes e incluyen los municipios menores de 10.000 habitantes. La actitud favorable de la sociedad hacia el valenciano, que no es comportida por todos los expertos, se manifiesta en el incremento de los matriculados a los exámenes de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià y en la gran asistencia a las trobades de la lengua. A pesar de ello, éstas no han contado con el respaldo de la Consejería de Educación y Cultura. De hecho, el Gobierno de la Generalitat ha sido blanco de las críticas de la oposición y de la comunidad educativa y de la sociedad civil por su actitud frente a la lengua, ejemplificada en la prohibición de términos que aludan a la unidad lingüística del catalán y la disminución cuando no anulación de las ayudas a las publicaciones en valenciano normativo. Tampoco se ha distinguido la Consejería por dotar de garantías de continuidad a los estudiantes de Primaria de línea en valenciano que han pasado a Secundaria, ya que ha paralizado la apertura de nuevas líneas.