Balza asume la "responsabilidad directa" sobre los ediles del PP

El nuevo consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, tomó ayer posesión de este conflictivo cargo homenajeando por un lado a sus predecesores, que le han dejado "un listón muy alto", y reivindicando al mismo tiempo como cosa propia la seguridad de los amenazados políticos del PP. Balza se refirió a estos dirigentes del PP como ciudadanos vascos "especialmente queridos ahora y especialmente necesitados de protección". Y recalcó: "Su seguridad es nuestra responsabilidad directa y con ella debemos comprometernos".El nuevo consejero no quiso, sin embargo, realizar más precisiones sobre posibles actuaciones concretas, pero anunció que lo primero que hará será adentrarse en las propuestas de protección existentes o elaborar otras nuevas si lo ve necesario, en busca de "un sistema que funcione" entre las distintas policías. Balza justificó esta búsqueda en su convencimiento de que en el área de la seguridad, la fluidez en los canales de información y relación entre su departamento y el Ministerio del Interior tiene que ser "exquisita", aunque, precisó, no necesariamente pública.

El nuevo consejero de Interior vasco se mostró confiado en un futuro de mejor entendimiento con el ministerio que dirige Jaime Mayor Oreja del existente en los últimos tiempos del mandato de Juan María Atutxa y el de su sucesor José Manuel Martiarena. Ambos asistieron ayer a la toma de posesión de Balza, el primero como presidente del Parlamento vasco y el segundo en su condición de consejero saliente.

Balza se estrenó haciendo honor a su condición de hombre de talante negociador, fajado en una experiencia amplia en el contacto con el Gobierno como secretario de Régimen Jurídico y Desarrollo Autonómico hasta la fecha. Así, apostó por el establecimiento de cauces para una relación "bien engrasada" con la Administración central, basada en el acuerdo estatutario que, recordó, es una ley orgánica que define a la Ertzaintza como policía integral.

Las ya deterioradas relaciones entre Vitoria y Madrid se agriaron más tras la toma de posesión de Martiarena, a finales de noviembre, con la decisión acordada tras las elecciones vascas de suprimir la escolta que prestaba la Ertzaintza a 30 cargos del PP.

Satisfacción del PP

En contraste con la actitud crítica del PP hacia el discurso del lehendakari, el popular Leopoldo Barreda dio una buena acogida a las palabras de Balza. Indicó que su partido recibe "con afecto" su nombramiento como responsable de Interior y resaltó la "excelente" relación mantenida con él en su anterior cometido. "Su talante personal es el de una persona comprometida con la democracia y con el futuro de este país", señaló. Barreda expresó su deseo de que ese compromiso traiga "una rectificación respecto a la actuación de Martiarena".