Enterradas las cinco víctimas del desplome de un muro en Sevilla

Las cinco personas muertas en Sevilla al desplomarse sobre ellas un muro de ladrillo durante el vendaval de Nochevieja fueron enterradas ayer en el cementerio de San Fernando. No hubo ninguna ceremonia conjunta y los familiares reclamaron que se respetara su intimidad. Sólo se celebró un responso en la capilla del camposanto, oficiado por el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo. Cientos de personas acudieron a los entierros. El primero, celebrado después las diez de la mañana, fue el de Irene Moreno Sánchez, de 22 años. Posteriormente fueron enterrados Tomás Carroza Seguro, de 52 años; María Pruaño Rodríguez, de 55; Ana María Barroso Albarán, de 17, y Encarnación Ramírez Valverde, de 39 años. Al sepelio de esta última acudió el jefe de Bomberos de Sevilla, José María Casar, en representación del cuerpo al que pertenece el marido de la fallecida, que estaba de servicio cuando sucedió el siniestro. La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, señaló ayer que "el muro permanecerá vallado hasta que el juez autorice la demolición", El delegado de Urbanismo, Mariano Pérez de Ayala, insistió ayer en que la inmobiliaria Osuna es la responsable del mantenimiento del muro.