Ardanza resalta en la despedida de Atutxa su personalidad alejada del "odio"

Fue una despedida emotiva. Si el miércoles el Parlamento, a excepción de EH y de IU, depositó su confianza en el ya ex consejero de Interior Juan María Atutxa como nuevo presidente de la Cámara vasca, ayer cosechó el agradecimiento del lehendakari al que ha servido durante los últimos ocho años. Años "duros y enriquecedores", según especificó José Antonio Ardanza, en los que el consejero ha estado en el ojo del huracán abertzale y en el punto de mira de la organización terrorista ETA en media docena de ocasiones. Ardanza aprovechó el acto de despedida de ayer y la jura del nuevo consejero en funciones, José Manuel Martiarena, para resaltar la personalidad de Atutxa y darle unas "gracias especiales" y muy sentidas. "A pesar de las duras situaciones, nunca he visto en Atutxa odio ni ganas de venganza, sino lealtad y humildad", dijo Ardanza. Las palabras emocionaron a Atutxa, en presencia de todos los consejeros del último gabinete del lehendakari. El mandato de Martiarena va a ser el más corto de todos los que han desempeñado el puesto de consejero de Interior en un Ejecutivo vasco y la continuidad su tarjeta de presentación y despedida. "Seguiremos haciendo las cosas como antes, pensando en cómo lo haría Juan María Atutxa", expresó. Martiarena estaba nervioso. Llegó incluso a situarse junto al lehendakari para jurar el cargo, activando de inmediato las funciones de una colaboradora de protocolo, que le colocó en lugar correcto. Agradeció a Ardanza la confianza depositada y mostró su intención de "no defraudarle ni a él ni al anterior consejero, que para mí sigue siendo casi el consejero", dijo el hasta ahora número dos de Interior.