Iturgaiz y sus lurgartenientes endurecen los ataques al PNV

El PP vasco endurece cada día que pasa de esta campaña sus mensajes hacia el PNV. Las críticas, los ataques y las acusaciones de enchufismo se agrían un peldaño más en cada mitin. El grado de agresividad se presenta proporcional a la menor responsabilidad del orador. La estrategia se inicia en el ministro del Interior, Jaime Mayor, sigue en el candidato a lehendakari Carlos Iturgaiz y se radicaliza con sus lugartenientes.

Mayor Oreja empezó ayer por reclamar para el Gobierno y para los dirigentes del PP tan amenazados en este último año el mayor derecho a hablar ahora de paz frente a los nacionalistas que les mandan callar. Mayor cree que el Gobierno Aznar está más avalado que nadie en este proceso "por no haber cedido nunca al chantaje del terror y de los secuestros". Entiende que frente a esa "garantía" están "las hipotecas de los nacionalistas por sus acuerdos con el mundo de ETA y HB" suscritos en la Declaración de Lizarra (Estella). Mayor enfatizó que el Gobierno sabrá decir que no a ese frente nacionalista y que sí "a la paz auténtica cuando no haya cartas marcadas, ni trampas ni engaños". Mayor, Iturgaiz y los demás candidatos del PP insisten en colocar al PNV como "rehén" de unos acuerdos secretos pactados antes del "aquelarre de Lizarra", y de los que no quieren que se noten sus consecuencias hasta el día después de los comicios. En esa línea, como ayer destacó Iturgaiz, aseguran que el PNV oculta sus intenciones porque en su programa electoral no especifica una sola línea, ni en la letra pequeña, sobre la autodeterminación o independencia que desean.

Iturgaiz acusó ayer a Xabier Arzalluz, presidente del PNV y demonio de los populares, de "haber caído en el síndrome de Estocolmo con sus patriotas descarriados" y tachó su discurso de "obsoleto, retrógrado y rancio".