Un álamo que volatiliza el mercurio y una "superbacteria", últimos productos de la biotecnología
Un álamo que volatiliza el mercurio y unas bacterias que degradan compuestos orgánicos contaminantes en zonas radiactivas son los últimos productos que han emanado de los laboratorios de biotecnología centrados en encontrar soluciones para la contaminación del suelo. En ambos casos, explican los expertos, se trata de un paso más, aunque importante, en líneas de investigación iniciadas hace varios años,pero su aplicación práctica no se ha concretado todavía.El álamo ha sido modificado con genes adaptados de una bacteria que detoxifica el mercurio para producir la enzima correspondiente. Estos álamos crecen perfectamente en altas concentraciones de mercurio y además convierten el mercurio en su forma iónica, tóxico, a mercurio elemental, mucho menos tóxico y volátil, que se difunde al aire circundante. Este mismo experimento se había hecho con la planta modelo Arabidopsis, pero el paso a un árbol es importante porque los árboles son mucho más grandes, crecen rápidamente y pueden actuar más eficazmente en plazos relativamente cortos (unos 5 años). Dos problemas quedan por resolver, señala David E. Salt al comentar el logro en la revista Nature Biotechnology. El mercurio es poco soluble en el suelo en condiciones reales y trasladarlo del suelo al aire puede resultar socialmente inaceptable.
En la misma revista se presenta una bacteria ya de por sí extraña, la Deinococcus radiodurans, aislada por primera vez en los años 50 en una lata de carne irradiada, a la que se le han añadido genes de una bacteria común que provocan la degradación del tolueno. La primera bacteria, en su estado natural, es capaz de soportar altas dosis de radiación y lo hace reparando continuamente el daño que ésta causa en su material genético. Hasta ahora era una rareza manipulable genéticamente, pero avances en las técnicas han permitido no sólo estudiar sus mecanismos para sobrevivir a la radiación sino también hacerla útil para degradar compuestos aromáticos presentes muchas veces en la basura nuclear. Un primer paso para añadirle otras habilidades.
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