La otra cara del fútbol

Manuel Izquierdo, delantero del Club Deportivo Alcoyano, ha sacado provecho de la única parte del cuerpo que los futbolistas tienen prohibido utilizar en el juego: sus manos. El jugador, de 26 años, no ha querido regresar con los bolsillos vacíos a su localidad natal, El Arenal (Palma de Mallorca), y tras finalizar esta Liga ha cambiado el balón por el cemento y los ladrillos. La razón que le ha llevado a emplearse en las últimas dos semanas como albañil reside en la deuda que el club ha contraído con él y el resto de la plantilla, que no ha cobrado las tres últimas mensualidades. Ahora asegura que pagará su pasaje y estancia en la isla "con lo ganado en la obra y algo prestado". La deuda del club rondará las 500.000 pesetas. "No es que sea una fortuna, pero son mías. He estado trabajando todo el año, ahora llegan las vacaciones y necesito el dinero para regresar a casa y no tener que depender en los próximos meses de mis padres", reivindica. Su trabajo en la construcción no ha sido el único que ha realizado fuera del campo esta temporada. "Desde septiembre he hecho algunas cosas como pintor, carpintero...", añade. Los problemas económicos que suelen ahogar a los equipos de Tercera como el C.D. Alcoyano, hacen habituales este tipo de deudas con los jugadores. Con todo, a Izquierdo le queda el compromiso de la entidad blanquiazul de saldar su deuda a finales de julio. Algo tarde, a juicio del delantero. "En dos semanas regreso a casa y hasta casi agosto no veré el dinero. ¿Cómo voy a pasar este tiempo?", señala indignado. La actitud del futbolista no ha agradado nada al presidente del C.D. Alcoyano, José Luis Laporta, quien no esconde su malestar por el hecho de que con este caso se hayan visto aireados los problemas económicos de la entidad. "Cobrará, y él lo sabe, a final del mes que viene, como todos", sentencia Laporta. Y añade: "Ya le dije que si era cierto que no tenía dinero yo mismo le pagaría el pasaje de vuelta a su casa pero él renunció". Laporta no augura un buen futuro al jugador: "No ha tomado el camino adecuado y si piensa vivir del fútbol lo tiene claro". El club ya ha anunciado que no renovará al delantero. No puede decirse que la suerte haya acompañado al futbolista. Llegó al Alcoyano hace dos temporadas desde el Club Deportivo Constancia después de proclamarse máximo goleador de su categoría. "El Alcoyano acababa de descender a Tercera y había un proyecto de hacer resurgir al equipo", recuerda. Ingresó junto con otro mallorquín, Boli, delantero que cobró fama hace un año después de superar con 40 goles al pichichi de la Primera División. "Ya me hubiera gustado que ese hubiera sido el motivo del interés que ahora tienen los periodistas por mí", bromea Manuel. Pero algunas desavenencias con el entrenador de la pasada temporada y una lesión a los dos meses de iniciar ésta acabaron por aguar su carrera. "Empecé esta temporada con una buena racha. Llegué a marcar seis goles en los cinco primeros partidos, incluso tuve ofertas de dos equipos, pero me quedé porque quería demostrar algo más". Por eso, y por una mujer, que ahora es su novia.