Cuarto varapalo

El contundente auto que acaban de dictar los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Madrid sobre los servicios funerarios es el cuarto varapalo que recibe el consistorio en esta materia en menos de un año.El primer toque de atención, en forma de una multa que superó los 100 millones de pesetas, se lo asestó hace unos meses el Tribunal de Defensa de la Competencia por haber vendido un 49% de las acciones de la Empresa Mixta a la empresa privada Funespaña. La venta se efectuó en 1993 por el "simbólico precio de 100 pesetas". La Empresa Mixta de Servicios Funerarios dispone de una impresionante infraestructura en la capital, fruto del régimen de monopolio del que había gozado hasta su semiprivatización. El municipio justificó la módica venta en que la empresa otrora municipal se hallaba en quiebra técnica y arrastraba unas deudas de 2.275 millones de pesetas. El principal acreedor, sin embargo, era el Ayuntamiento, que condonó la deuda tras la venta.

El segundo varapalo se lo dio el Tribunal de Cuentas, que calificó de "irresponsable" el hecho de que el Ayuntamiento hubiese firmado un acuerdo con Funespaña por el que le permitía quedarse con un 65% de los beneficios que tuviese la empresa en el futuro. Tras serle condonada la deuda, Funespaña comenzó a obtener beneficios superiores a los 1.000 millones anuales.

"Precios excesivos"

El tercer varapalo, procedente del Tribunal Superior, llegó hace menos de un mes en forma de sentencia. Los cuatro jueces de la Sección Segunda del alto tribunal madrileño, que preside el magistrado José Félix Méndez, anularon el acuerdo plenario que dio lugar a la excesiva subida de tarifas de los servicios funerarios que aprobó el Ayuntamiento de Madrid en 1992. En virtud de aquel incremento de precios, servicios como la incineración pasaron de 5.000 a 20.000 pesetas, y los nichos, de 46.000 a 78.000 pesetas la unidad.