Pensionistas y parados, sospechosos...

Fueron necesarios muchos años de lucha para que el poder y la Administración nos concibieran como ciudadanos con derechos y no pedigüeños ninguneados por el funcionario de turno; y han bastado unos años de Gobierno, respaldado, eso sí, por el pensamiento único que se ha impuesto a nivel internacional, para convertirnos en sospechosos. Sospechosos de no querer trabajar y percibir el subsidio; sospechosos de consumir medicamentos que no nos son necesarios para causar el déficit de la sanidad pública. ¿Dónde se ha extraviado, en qué expediente, el, concepto del derecho a unos servicios sociales que no son un regalo, sino el fruto de una contribución, solidaria y proporcional a la riqueza, de toda la sociedad para la sociedad? Lo que me preocupa en este momento no es tanto éste o aquel mordisco con el que van acabando de a poquito con el Estado de bienestar, lo que me preocupa es la ideología que subyace y que nos devuelve, otra vez, al Estado de súbditos o, aún peor, de mendicantes ante las propias burocracias que costeamos con nuestros impuestos.-