Los populares arañan los feudos socialistas

El PP elaboró un plan de implantación al poco del 3-M. Entonces, y, tras sopesar los fallos y los territorios menos trabajados, se propuso mejorar su presencia en las pequeñas ciudades, esos municipios de entre 2.000 y 50.000 habitantes que constituyen la inmensa mayoría. Ese programa ha ofrecido sus primeros resultados. Los socialistas ven cómo la ola popular araña hasta sus más sagrados feudos.Así, el PP ha dado un vuelco a la situación política que se vislumbra en los sondeos del CIS en esas poblaciones. El PSOE le arrasaba en las de entre 2.000 y 10.000 habitantes en octubre de 1996 (35,2% frente, a 22,1%), pero su ventaja quedaba enjugada en julio de 1997 (23,6% frente a 23,4%) y se perdía en octubre de 1997, cuando los populares se ponían por delante con el 25,7% de los votos frente al 22,2%.

Algo similar ocurre con los ayuntamientos de entre 10.000 y 50.000 habitantes, históricamente en manos socialistas. La avalancha popular ha permitido otra permuta. En octubre de 1996 el PSOE obtenía ahí el 27,3% de los votos y el PP sólo el 18%. En julio de 1997 esa distancia se recortaba: el 30,8% contra el 23,3%. Por último, en octubre de ese año se reconducía a favor del PP, con el 27,1% de los teóricos sufragios por el 24,1% de su adversario.

Hasta los estereotipos establecidos sobre el voto en función de los estudios han experimentado modificaciones. El PSOE sigue reservándose su posición de privilegio en el sector del electorado sin formación académica primaria (41,4% frente al 19,2%); y el PP, en el de los universitarios medios (22,6% frente al 13,7%) y los licenciados (26,3% y 10,9%). Sin embargo, los populares han atraído a los votantes con estudios primarios y secundarios o con formación profesional, históricamente próximos al PSOE.