Carmen Posadas afirma que le ha sido muy útil hacerse la tonta

Carmen Posadas (Montevideo, 1953) Cree que en su carrera literaria hay un antes y un después de Cinco moscas azules (Alfaguara) la novela de la que ha vendido 50.000 ejemplares. "Ahora me llaman para propuestas serias, y no para engrosar la lista de las mujeres más elegantes", dijo ayer, la escritora en la presentación de Nada es lo que parece (también en Alfaguara), 14 relatos centrados en el conocimiento de la psicología masculina.

Posadas cree que la literatura femenina abusa de las historias de mujeres, por eso ha tratado de "abrir el abanico" y dar su punto de vista sobre los hombres. Como mujer reconoce conocer "requetebién" los trucos masculinos y ha decidido aprovechar esa ventaja. "En la vida me ha sido muy útil hacerme la tonta", aclaró.Para esta escritora, que también ha publicado dos libros de relatos y tres ensayos, los cuentos son un género infravalorado en la literatura española. A su juicio, un relato obliga a centrar todo un mundo y cerrarlo en muy pocas páginas. Entre sus cuentistas favoritos están Julio Cortázar e Italo Calvino, pero por alguna razón que ni ella misma entiende, sus relatos acaban teniendo un toque a lo Roald Dahl -"ya me gustaría escribir como él"- En Nada es lo que parece, la escritora ha buscado "finales inesperados" como fórmula para atraer al lector.

Ninguno de los relatos publicados ahora es inédito. Diez fueron editados hace ocho años por Seix Barral en Mi hermano Salvador y otras mentiras y los otros cuatro en diversas publicaciones, aunque algunos han sido corregidos para esta edición.

La escritora trabaja en estos momentos en una nueva novela, de la que ya tiene redactadas más de 50 páginas. Entre los ingredientes con los que contará su próxima obra se cuentan el sentido del humor y la literatura de personajes, pero huirá del costumbrismo que marcaba Cinco moscas azules para decantarse por el lado del mestizaje. "No quiero que se me etiquete como la escritora de la jet". El éxito le ha cambiado la imagen pública y le he dado seguridad: "Llevaba 20 años escribiendo y siempre he ido pidiendo perdón, quizá por eso me refugié en la literatura infantil, que es más anónima".