"Felipe está muy joven"

Lo decía ayer un delegado con cara de funeral. "Si es que es verdad, hombre. Ha venido Felipe, nos ha hecho a todos pequeños, dinamita el Congreso y se va. Y aquí nos quedamos todos".Pero Felipe no se va a ir. Felipe, además, está estupendo, dicen. Lo dice Carmen Romero, que ha venido esta mañana sonriente y feliz. "Felipe está... ya lo ven ustedes. Felipe está muy bien. Felipe está muy joven". Dice una Carmen que, a medida que habla, se le va poniendo más, dulce, el acento sevillano.

Cuentan que Carmen y Felipe han comido juntos y solos. Ayer y anteayer. Tan a gusto. "Ya lo ven ustedes... Felipe está muy joven". ¿Y Carmen? ¿Cómo está Carmen? "Muy bien. Yo estoy muy contenta, Yo, como siempre. A su lado, apoyándole". Y se ríe. Y el acento andaluz de la diputada suena que rompe los micrófonos. Y se va.

Hay, de pronto, como revuelos, carreras apresuradas, y es que entra un ex ministro, alguno de los barones, un candidato incluso al que se le nota en las ojeras, en ese rictus de los labios, la responsabilidad que quisiera se le viniera encima.

Más que contestar a preguntas, el ex ministro intenta saber, enterarse si desde anoche -es tan corto el amor y tan largo el olvido- sigue siendo el candidato, si ha bajado o subido su cotización en esta particular lonja en que se sortea un pescado que, posiblemente, a estas horas esté ya todo vendido. Otros, ya ni eso. Otros van como almas en pena, de corro en corro, pasan por delante de las cámaras que les ignoran, se acer can al periodista, que ayer -¡ay!- comía en, su mano y que le mira ahora con una cierta conmiseración. Y, luego, siguen sularga marcha hacia la nada.Tempranito, por la mañana, en Palacio de Congresos no hay si nadie. Así que da gusto, mira. Los periodistas se colocan frente a la entrada, al acecho de la pieza. Tempranito, cualquier pieza vale. Y hay parlamentarios que tienen sus 20 segundos de gloria, y hacen sus declaraciones que, a lo más a lo más, saldrán en una emisora local o rebotará cualquier periodico -¡ojalá!de su circunscripción electoral. Todo vale a esas horas.

En estos casi amenes congresuales importa ya poco lo que se discuta, salvo saber quién sera el jefe. De comisiones nadie habla, aunque salgan de vez en cuando delegados que intentan vender la enmienda que han introducido, "con la oposición de todos, ¿eh?, pero yo me he puesto serio de verdad". "Pues vale. Pero ¿sabes quien será el secretario general?"

Porque eso es lo que importa. Y si es verdad que va a haber una vicesecretaría general y que la va a ocupar una mujer. Eso son noticias, cómo no, y no lo de la sanidad o lo de la jornada laboral de 35 horas.

Los de Vallecas dicen que van a proponer a Antonio Banderas. Y otro entiende mal y asegura, muy serio, que es que es una lástima que Antonio Gutiérrez no sea del PSOE. "Porque si hablamos de renovación, no sé cómo va a haberla con los mismos. Porque Almunia..." "Pero ¿estás hablando en serio, tío" El dormir poco, la desazón o el disgusto, como a don Quijote, les ha secado a algunos el seso. ¿Y Guerra? Con todas estas cosas, y después de lo de Felipe, a Guerra no le han dejado ser ni el muerto en el entierro.