La Unión Europea abre una investigación por la fusión Boeing-McDonnell Douglas

El comisario de la Competencia, Karel Van Miert, anunció ayer que "examinará" con carácter inminente la fusión de los gigantes de la construcción aeronáutica norteamericana Boeing y McDonnell-Douglas, por si la operación vulnera el derecho comunitario de la competencia. Si así fuera, Bruselas podría incluso llegar a prohibirla en sus dominios. La competencia de la Comisión deriva de que la cifra de negocios conjunta en territorio de la Unión Europea (UE) supera el umbral de 250 millones de ecus.Van Miert advirtió en diciembre a las dos compañías que estaban obligadas a solicitar la luz verde de la Comisión para su fusión. Sus direcciones respondieron que primero informarían a los accionistas, luego pedirían permiso a sus autoridades antimonopolio y finalmente a la Comisión.

Los dos primeros pasos están ya cubiertos, por lo que Bruselas espera la notificación (solicitud) 11 con carácter inminente", según fuentes del ejecutivo. Mientras, la Comisión ha comprobado que la cifra de negocios del nuevo gigante en Europa, le obliga a solicitarle el nihil obstat. Una vez pedido, la Comisión dispone de un mes para investigar si la operación infringe la normativa europea sobre competencia. Si así lo cree, la operación debe remodelarse, y existe un plazo final de cuatro meses para la decisión final, denegatoria o aprobatoria. "La nuestra no es una exigencia extraterritorial, se trata de que la fusión afecta al mercado europeo", explicó un portavoz de laComisión, recordando que la norma se ha aplicado también a dos bancos japoneses y a dos papeleras estadounidenses.

La batalla jurídica se entabla en tomo a un colosal envite comercial. La fusión de los dos gigantes les otorgaría el dominio del 75% del mercado mundial de aviones de más de 100 plazas, del que Airbus controla el 20% y el resto se reparte entre los demás constructores. Si Bruselas considerara que el acuerdo es ilegal y no mediase acuerdo para retocarlo, su problema sería cómo aplicar la prohibición de actuar a unas empresas que en Europa no producen, sino sólo comercializan.

Van Miert presentó ayer los datos provisionales del recuento sobre ayudas de Estado a la industria en 1993 y 1994. Totalizan cerca de 90.000 millones de ecus (unos 4 billones de pesetas), "con tendencia a crecer", por lo que "estamos en el mal camino". Alemania, con 5,6 billones de pesetas, es el país que más ayudas otorga, trece veces más que España (que no alcanza el medio billón).