Fisuras en la derecha francesa ante los inmigrantes africanos refugiados en una iglesia

Una primera fisura ha aparecido en la firmeza gubernamental en el caso de los 300 africanos que, encerrados en la iglesia de Saint-Bernard, reclaman poder residir legalmente en Francia: Gilles de Robien, presidente del grupo parlamentario Unión para la Democracia Francesa (UDF), el segundo gran componente de la actual coalición en el poder, recibió ayer en la Asamblea Nacional a una delegación de dichos africanos. Según Robien, hay que "conciliar las exigencias de la legalidad y los deberes del humanismo", y propuso poner en pie una comisión "tripartita, en la que estén representados el Ejecutivo, el Legislativo y los propios interesados" para que estudie la situación "caso por caso". Boucabar Diop, portavoz de la delegación, se mostró de acuerdo y reclamó "un diálogo que permita a cada parte salvar su dignidad". Para el ministro del Interior, Jean-Louis Debré, la única solución pasa por "aplicar la ley", y para el secretario general de los gaullistas de la Agrupación para la República (RPR), Patrick Stefanini, la inmensa mayoría de esos africanos es expulsable" y la actitud de Robien "es lamentable, porque denota falta de concertación" y porque "es al Gobierno a quien corresponde tomar las decisiones que se derivan de la aplicación de la ley". Stefanini admitió que "existen casos en los que la ley puede ser objeto de interpretación".[Uno de los 10 inmigrantes africanos que iniciaron hace 48 días una huelga de hambre en la iglesia de Saint Bernard fue trasladado urgentemente anoche a un hospital de París al empeorar su estado de salud, informa Efe].