Coles morosas

Juan Rodríguez Lahoz, agricultor granadino de 46 años, tiene con el alma en vilo a los empleados de Mercamadrid. Lleva 13 días atrincherado en el complejo industrial -sin probar bocado, además- para exigir a un industrial frutero de Mercamadrid al que vendió una partida de coles (y que vive en un chalé de La Moraleja) que le abone los 2.566.000 pesetas que le adeuda. Juan, vecino de Motril, está desesperado: si no cobra esa deuda, no podrá pagar otra que él tiene; y los jueces le han advertido ya que embargarán su única hacienda, un pequeño piso de protección oficial.

La angustia que denotan las sencillas palabras de Juan han cautivado el corazón de los empleados de Mercamadrid. Todas las noches dejan abierto algún camión, sin que lo sepan sus jefes, para que no pernocte a la intemperie. También le llevan alimentos, que él rechaza; sólo acepta, por las mañanas, una taza de té con miel que le lleva, incluso los días festivos, una trabajadora del mercado.

El alcalde de su pueblo granadino ha pedido al Ayuntamiento de Madrid que preste ayuda sanitaria a su convecino; el Samur se desplaza diariamente al lugar para vigilar su salud. A su cuerpo, machacado por el sol y la sequía del campo andaluz, se suman ahora los efectos de un hambre que dura ya 13 días. Y Juan no piensa abandonar hasta que le paguen.