La explosión de una bomba en el metro de París provoca una carnicería

"Es una espantosa carnicería aseguró uno de los bomberos que colaboraban ayer por la tarde en el rescate de las víctimas de una tremenda explosión en un vagón del ferrocarril suburbano de París en la estación de metro de Saint Michel, en pleno Barrio Latino, junto a la catedral de Notre Dame. Cuatro muertos y más de 60 heridos, la mitad de ellos graves, constituían el balance de lo que todos los indicios señalaban como un atentado, el primero al que tiene que enfrentarse el nuevo presidente francés, Jacques Chirac, desde que asumió el cargo el pasado mayo. Ningún grupo se había responsabilizado de la acción terrorista al caer la noche.

Según fuentes próximas a la investigación, la bomba estaba colocada bajo un asiento del sexto vagón de un tren que tenía 10, y estalló en la estación cuando las puertas estaban todavía cerradas. La mayoría de las víctimas sufrió heridas en el vientre y las piernas. Los médicos tuvieron que amputar las piernas de varias personas para poderlas rescatar. Los andenes y bares y terrazas de la zona, una de las más visitadas por los turistas que en esta época invaden París, se convirtieron en improvisados hospitales.

"Primero oí la explosión y de pronto todo quedó a oscuras. En el aire flotaba un fuerte olor a pólvora", aseguraba uno de los viajeros, que quedó milagrosamente ileso. En las operaciones de rescate participaron centenares de bomberos e incluso varios helicópteros.

La pista islamista era manejada por los investigadores, más por los precedentes de otras acciones terroristas que porque hubiera datos concretos. El presidente Jacques Chirac, por otra parte, se ha ganado muchos ene migos con su política exterior y nuclear.