Interior quiere dar poder a los generales y romper el centralismo de la Guardia Civil

El Gobierno acomete la peliaguda reforma de la Guardia Civil con la inminente publicación en el BOE de una orden por la que la viceministra de Interior, el subsecretario de Justicia e Interior y el director del instituto armado delegan diversas competencias en mandos inferiores. Se acaba con el fuerte centralismo impuesto por el anterior director general , Luís Roldán, para lograr así "un funcionamiento moderno de la Guardia Civil". Los generales de la zona podrán contratar y autorizar gastos de hasta 5 millones.

"La complejidad creciente de las funciones técnico-administrativas relacionadas con la gestión de los medios materiales para el debido funcionamiento de las distintas unidades de la Guardia Civil y su diversificación geográfica hace necesario que las Zonas, Jefatura de Enseñanza, Agrupación de Tráfico y otras unidades subordinadas asuman parte de las funciones y competencias de la gestión y administración de los medios asignados al cuerpo". Ésta es la idea motriz de parte de la reforma que el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, quiere emprender en la Guardia Civil.La orden ministerial de Delegación de Competencias es sólo la primera pieza de una batería legislativa que Justicia e Interior ya tiene preparada para intentar cambiar el "estilo" de la Guardia Civil. Pendientes de diversos dictámenes están la orden para reestructurar la cúpula de la Guardia Civil; el reglamento del Consejo Superior de la Guardia Civil; las normas relativas a la adquisición y pérdida de la condición de militar de carrera; el reglamento sobre clasificaciones y ascensos; el decreto sobre selección y formación de nuevos agentes, así como otro sobre los planes de estudios tanto para guardias como para jefes y mandos superiores.

Unidad anticorrupción

La orden de Delegación de Competencias, que está sólo a falta del dictamen final de la secretaría general técnica de Justicia e Interior, permite que el director general de la Guardia Civil transfiera a generales, coroneles y tenientes coroneles muchas de sus atribuciones sobre concesión de licencias de armas. También concederá a los generales competencia para resolver expedientes por responsabilidad administrativa y, en el caso del subdirector de Inspección, el control de la unidad anticorrupción en asuntos ordinarios.

El subdirector general de Operaciones, el hombre más poderoso dentro de la cúpula del instituto armado, delegará en los generales jefes de Zona el mando de la Agrupación Rural de Seguridad en su demarcación, la unidad de helicópteros, los submarinistas, el servicio de artificieros, y la posibilidad de concentrar vehículos y otros medios materiales para poder atender con eficacia un evento o una incidencia. Esto supone una auténtica revolución en las costumbres de la Guardia Civil, donde habitualmente nada se hacía sin la autorización de la propia dirección general.

Los jefes de Zona podrán resolver también las propuestas de modificación de las demarcaciones territoriales de los cuartelillos o de las compañías comarcales por conveniencia del servicio, además de "establecer relaciones y acuerdos de cooperación para realizar operaciones conjuntas con otras policías", según el proyecto de Interior.