La familia del enfermo de sida quemado estudia acciones legales contra el Clínico

La sobrina de J. M. R., el enfermo de sida de 38 años que murió abrasado la madrugada del martes en su habitación del hospital Clínico, cuando estaba atado a la cama, declara: "Estamos muy mal, hemos puesto todo en manos de un abogado". Su tío, que era soltero, fue enterrado el miércoles. En otro hospital, el Gregorio Marañón, también hubo un incendio en la noche del 17 al 18 de noviembre. Un despacho de la planta de neurología ardió. Doce enfermos fueron evacuados, pero nadie resultó herido.

La noche del incendio en el Clínico, J. M. R. se hallaba atado a la cama por "prescripción facultativa". Sus gritos de auxilio sólo alertaron a las enfermeras cuando el colchón ya llevaba aproximadamente medía hora ardiendo, según el relato de una paciente de la habitación contigua, que fue consultada por este periódico el pasado miércoles. "Llamaba a la enfermera con voz desgarradora", relató la testigo. Según su versión, comenzó a oír las llamadas de auxilio a las 0.40 del martes. El enfermo fue sacado de su habitación en llamas a la 1.15. Las tareas de reanimación que le practicaron en las urgencias del Clínico resultaron infructuosas.La familia de J. M. R. supo del fallecimiento de éste a través- del Instituto Anatómico Forense, según cuenta su sobrina. Allí le fue practicada la autopsia. "El hospital no le ha dado muchas, explicaciones a mis padres", cuenta la joven, de 20 años, quien rápidamente cortó la comunicación alegando: "No puedo hablar, más". Su madre, la hermana de la víctima, se negó a atender más tarde en su domicilio a EL PAÍS.

El lunes, J. M. R., que llevaba tres meses ingresado en la planta tercera del Clínico, había pasado un día muy agitado, según explicó el gerente del centro, Antonio Rodríguez Arallo. Llevaba tres meses ingresado en ese hospital a causa de su grave dolencia.

Su comportamiento "conflictivo" no era nuevo para las dos enfermeras que lo atendían en el turno de noche, según explican en la sección sindical de Comisiones Obreras en -el Clínico. Según esa fuente -que asegura conocer el parte del personal que ayudó a extinguir el fuego-, esanoche el enfermo se mostró muy agresivo, daba voces e intentaba salir de su habitación. Las enfermeras le, ataron a la cama con un sistema mecánico que permite pe queños movimientos al enfermo y continuaron visitando a los demás pacientes, 22. en total, distribuidos en un pasillo en forma de ele.

"Cuando empezaron a oírlos gritos", cuentan en la sección sindical, "pensaron que el paciente ya estaba otra vez inquieto". Así que decidieron ir a sedarlo. Al llegar al cuarto descubrieron que los gritos pedían socorro.

El fuego también ha estado presente recientemente en el hospital Gregorio Marañón. Ese centro fue escenario en la madrugada del 17 al 18 de no viembre de un incendio en la planta de neurología. Los guardias de seguridad apaga ron las llamas, que devoraron varias historias clínicas. Una docena de enfermos, según el hospital, fueron evacuados "en prevención". El Grupo Popular en la Asamblea de Madrid ha pedido hoy una compare cencia del consejero de Salud, Pedro Sabando.