Indígenas de Brasil

Los comentarios hechos por el ex ministro brasileño de Ciencia y Tecnología Helio Jaguaribe en un artículo reciente publicado por su diario nos parecen anticuados y paternalistas, impregnados de un sensacionalismo y electoralismo propios de la época preelectoral en la que se encuentra Brasil.La integración de los indígenas en la sociedad nacional de Brasil ha sido durante largo tiempo el objetivo de los sucesivos Gobiernos, desde las dictaduras militares hasta el actual. Una prueba de la resistencia y habilidad de los indígenas para adaptarse al cambio es que ahora hay más indígenas en Brasil que a finales de los años sesenta, cuando las políticas genocidas del Gobierno brasileño llevaron a creer a muchas personas que para el año 2000 los indígenas habrían desaparecido.

La misma Constitución brasileña reconoce claramente los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras y a su propia organización social: "La organización social indígena, sus costumbres, lenguas, creencias y tradiciones, sus derechos originales a las tierras que han ocupado tradicionalmente, son reconocidos". El concepto de integración, por tanto, contradice la Constitución. Lejos de estar estancadas y ser primitivas, tal y como afirma Jaguaribe, las sociedades indígenas son complejas, sofisticadas y en constante evolución: la diversidad de los 180 pueblos indígenas de Brasil es testimonio de ello.

¿Podría estar ocurriendo que, mientras los pueblos indígenas se están articulando mejor y teniendo más éxito en la defensa de sus derechos a través de sus propias organizaciones, el viejo argumento del integracionismo esté alzando su cabeza para intentar privar a los indígenas de los derechos que han adquirido con tanta dificultad, para así destruir sus culturas y despojarles de sus tierras? Responsable de campañas de Survival International.