Oscuro panorama

Las penurias no han hecho más que empezar. La derrota ante China tiene ya una primera consecuencia en el corto plazo de 10 meses. En junio de 1995, España deberá ir al Europeo de Atenas con un objetivo que ahora se antoja difícilmente alcanzable, las semifinales. Sólo los cuatro primeros clasificados en Atenas estarán presentes en un evento mucho más importante, los Juegos Olímpicos de Atlanta.Como viene siendo habitual, serán 12 los países que compitan en Atlanta. Las plazas son otorgadas por este baremo: una para el campeón olímpico (EE UU, que también es el organizador), cinco para los campeones continentales (Europa, Asia, África, América y Oceanía), y seis más que saldrán de los continentes que tengan representantes en las seis primeras posiciones de este Mundial. Teniendo en cuenta que sólo hay tres equipos europeos con posibilidad de ocupar estas seis plazas (Croacia, Grecia y Rusia), un máximo de cuatro equipos del Viejo Continente obtendrán el pasaporte para Atlanta. Si falla en Toronto alguno de los tres, pondrá aún más cara la entrada olímpica. La victoria de Grecia ante Canadá y la solidez de Croacia y Rusia son la única nota optimista pues hacen muy factible que acaben confirmándose estos 4 representantes.

Pero ni siquiera en el mejor de los casos, el panorama resulta alentador. Hasta hace poco, España se presentaba en los Campeonatos de Europa con tres o cuatro rivales a batir. La URSS, Yugoslavia, Italia y Grecia eran los únicos enemigos a tener en cuenta. La disgregación política de los dos primeros, unida a la penuria que atraviesa el baloncesto español, han limitado sobremanera las opciones.

Si España ha demostrado en Canadá contar con un presente limitado, no hay mucho donde buscar en las nuevas generaciones. Desde Fernando Martín no ha salido un pivot dominante y competitivo. La cadena de aleros Epi-Villacampa-Herreros no cuenta todavía con un nuevo eslabón y en los bases no se vislumbra ninguno con capacidad de mando suficiente para dirigir a la selección en próximos compromisos. Entonces surge el problema. Es necesario renovar a fondo la selección, pero ¿con qué?. Y debe hacerse obligatoriamente a partir de noviembre en los tres partidos que quedan del Preeuropeo. Por eso, no es de extrañar que la frase mas repetida a partir del fracaso ante China haya sido. "Esto es lo que hay".