Malas artes

El objetivo de la pesca de deriva son especies como la melva, el pez espada y el atún; pero en las redes quedan enmallados numerosos cetáceos y tortugas. Los delfines han sido la causa del enfrentamiento producido esta semana entre las dos grandes organizaciones ecologistas internacionales, Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF / Adena).Greenpeace ha calificado de lavado de imagen la campaña Dolphin Safie, lanzada por Adena entre los atuneros españoles para que no usen sistemas de pesca que atrapan y matan indiscriminadamente miles de delfines. Adena ha reaccionado señalando que la operación no es perfecta, pero que se va avanzando, y que las acusaciones de Greenpeace poco ayudan.

Existe además otra arte que causa estragos: la pesca de arrastre, que resulta devastadora para el suelo marino y los peces alevines. Esta técnica consiste en arrastrar un gran saco de red por el lecho marino. Aunque está prohibida en fondos inferiores a los 50 metros, Greeripeace ha denunciado que hay barcos con bases en puertos de Valencia y Alicante que faenan entre los 32 y 44 metros.