En defensa del Papa

Deseo contestar a la carta de M. S. Capdevila, de Madrid. Habla usted del Papa y del preservativo. Y lo hace usted, a mi entender, con malos modos. Generalmente el que grita o insulta es que no tiene razón. Usted es muy libre de opinar sobre todo lo humano y lo divino. Pero esta libertad la tenemos todos, y la podemos usar todos, sin ofender por ello al que no piensa como nosotros.¿No cree que podía, en su carta, haber evitado frases como "ningún empacho", "las razones del Papa son una burla a la razón", hace "prohibiciones antinaturales, de imposible cumplimiento", "encallecido pastor", "denunciarlo y combatirlo [al Papa] se ha convertido en una exigencia de nuestro más elemental instinto de supervivencia"...

No son éstas las maneras. El Papa habla para los creyentes, para los responsables, a los hombres de buena voluntad... El que quiere escucharle le escucha. El Papa no insulta a nadie. Usted sí.

Y además insulta a muchos creyentes del mundo entero. A los últimos papas les han llamado para que dijeran su mensaje en las Naciones Unidas y en los foros internacionales. -