YeItsin estudia convocar un referéndum paralelo al decidido por el Congreso

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, pondrá en marcha un plebiscito paralelo al referéndum aprobado por el Congreso de los Diputados si el Tribunal Constitucional no baja el listón (50% del censo) impuesto para el recuento de votos en esta convocatoria prevista para el 25 de abril. Así lo manifestó ayer Anatoli Sliva, el director del departamento jurídico de la Administración Presidencial, según el cual, se produciría "una última dualidad de poder". En ese caso, "se crearían comisiones contables paralelas, se instalarían urnas paralelas y se realizaría una campaña de propaganda paralela". Mientras, Rusia confía en que Estados Unidos ofrezca en Vancouver una ayuda de 1.000 millones de dólares para la estabilización del rubio.

En el referéndum, tal y como está previsto por el Congreso, los rusos deberán decidir si confían en su líder y si quieren elecciones anticipadas del presidente y del Parlamento. Los resultados se considerarán válidos si obtienen más del 50% del censo electoral, es decir, la norma requerida para aprobar cuestiones que afectan a la Constitución.Yeltsin abrió ayer un paréntesis de reflexión, antes de anunciar su decisión definitiva. Serguéi Shajrái, consejero jurídico presidencial y vicejefe del Gobierno, dijo ayer que el presidente ruso presentará "dentro de unos días" sendos recursos al Tribunal Constitucional, uno en relación a la convocatoria de referéndum del Congreso y otro sobre las medidas tomadas por este parlamento para controlar los medios de comunicación estatales.

Por su parte, el portavoz de Prensa de Yeltsin, Viacheslav Kóstikov, afirmó ayer que la disposición adoptada por el Congreso para celebrar el referéndum presupone la derrota del presidente. Kóstikov no excluyó que Yeltsin realice una consulta paralela. El presidente, dijo, debe reflexionar sobre el Congreso y después tomará sus decisiones.

A la reflexión de Yeltsin puede contribuir también la cumbre que mantendrá el presidente ruso con su homólogo norteamericano este fin de semana en Vancouver (Canadá), opinaban ayer observadores políticos. Rusia espera que Bill Clinton dé a conocer un conjunto de medidas de ayuda, entre ellas un fondo de 1.000 millones de dólares para estabilizar el rublo, señaló ayer la agencia Interfax, citando a un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, responsable de las relaciones con Estados Unidos.

Aproximadamente un centenar de diputados del Congreso se reunió ayer con Yeltsin, quién "escuchó más que habló", según Nikolai Arzhánikov, uno de los asistentes. Serguéi Kovaliov, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento y otro de los asistentes a la reunión, había tenido la impresión de que Yeltsin no convocará un referéndum paralelo.

Nuevos temas

Otro de los presentes, Mijaíl Arutiunov, creía que los participantes en la reunión habían logrado convencer a Yeltsin de que no procedía incluir nuevos temas en el referéndum del 25 de abril, tales como el proyecto de nueva Constitución.

Según el diputado Rasul Mikailov, el presidente tiene intención de dirigirse al Tribunal Constitucional para impugnar la segunda pregunta del referéndum que hace referencia a la política socioeconómica del presidente y del Gobierno desde 1992.

El balance presidencial sobre los resultados del Congreso que concluyó el lunes en el Kremlin es relativamente positivo. Yeltsin dijo ayer que el Congreso no pudo cumplir su "programa máximo", echar al presidente, y tampoco consiguió crear un cisma entre el Gobierno y el presidente. La colaboración de estos dos organismos, subrayó Yeltsin, según la agencia Itar-Tass, es la base de la estabilidad en el país y garantía de tranquilidad.

Guennadi Saiénko, portavoz de la fracción Unidad Rusa, manifestó ayer su temor a que las repúblicas de la Federación Rusa presenten sus propias preguntas a referéndum con objeto de establecer relaciones de tipo confederado con el poder central de Moscú.