Nueva dirección para una etapa sin fundadores

La sustitución de Francisco Tomás y Valiente, todavía presidente del Tribunal Constitucional, y Francisco Rubio Llorente, vicepresidente -los dos únicos magistrados fundadores del alto tribunal que se constituyó en julio de 1980 que aún siguen en el mismo-, marcará una nueva etapa en el órgano máximo intérprete de la Constitución. Como complemento a la elección de ambos cargos, algunos magistrados quieren acordar unas nuevas normas.Tras jurar su cargo ante el Rey el martes próximo, el miércoles, 8 de julio, tomarán posesión como magistrados del Tribunal Constitucional los cuatro juristas elegidos por el Congreso de los Diputados, y José Gabaldón, actual miembro del alto tribunal, reelegido por el Senado.

El alto tribunal, en su nueva composición, será presidido en principio por el magistrado de mayor edad entre los más antiguos, Fernando García-Mon, de 71 años, quien pedirá la opinión de la mayoría, aunque cree que la elección de presidente no se producirá hasta la semana siguiente, para dar tiempo a que los nuevos y los antiguos magistrados se conozcan. García-Mon desea que su periodo de presidente en funciones sea lo más breve posible y muestra su preferencia por que el elegido obtenga un mínimo de siete votos, aunque en segunda votación bastará con mayoría simple.

Para la nueva etapa existe un proyecto de reglamento, inspirado en la Corte Constitucional italiana, que permitirá que algunos de los 12 magistrados se dediquen sólo a los recursos de amparo y que los conflictos de competencias pueda resolverlos una sala, en lugar del pleno, así como que la inadmisión de un recurso de amparo pueda acordarla un solo magistrado, en lugar de tres.

Además de estas normas, que agilizarán el trabajo y reducirán los asuntos pendientes, algunos magistrados veteranos quieren pactar con los nuevos un funcionamiento interno y externo distinto.