La restauración de nuestros bosques

El ministro Borrell acaba de decir en Río que muy pronto España acometerá una ambiciosa campaña de repoblación Forestal, pues los árboles son sumideros de C02, el principal gas invernadero. Yo, como la mayoría de los ecologistas españoles, soy un ferviente amante de los árboles, pues además de dicho efecto beneficioso son responsables de dar cobijo y alimento al resto del ecosistema. Por tanto, el anuncio del ministro me debería llenar de euforia. Pero no es así.Y no es así, porque el ministro no ha precisado si se plantarán árboles autóctonos o de otro tipo. Durante 50 años hemos visto cómo se arrasaba el país con cultivos madereros de pinos y eucaliptos. Y digo cultivo y no bosque, pues éste es bastante más que un conjunto de árboles. Y este desaguisado se hizo con dinero destinado a la conservación de la naturaleza.

Los ciudadanos debemos exigir a nuestros políticos que si hablan de repoblación forestal precisen que es con autóctonas. Por supuesto que hace falta también plantar pinos por su interés maderero, pero se se deben considerar cultivos madereros y, por tanto, el dinero que lo financie debe provenir de una partida distinta a la de conservación de la naturaleza.

Por el contrario, urge restaurar nuestros maltrechos bosques, hacer repoblaciones con vegetación natural cuyo objetivo primordial sea la conservación de la naturaleza. No basta con tratar de conservar lo que queda. Hay que restaurar- es biólogo ambiental.