Parcialidad en la adjudicación de los derechos de televisión del fútbol inglés

Los británicos tendrán que comprarse una antena parabólica si quieren ver fútbol por televisión. La High Court de Londres (equivalente a la Audiencia Nacional española) puso fin, ayer por la tarde, al conflicto del fútbol televisado en el Reino Unido. British Sky Broadcasting (BSB), la cadena de televisión por satélite del magnate Rupert Murdoch, se queda definitivamente con los derechos, por los que ha pagado 304 millones de libras (unos 54.000 millones de pesetas), y que compartirá parcialmente con British Broadcasting Corporation (BBC). ITV, la corporación de compañías privadas regionales, no consiguió que la High Court anulara el acuerdo previo entre BSB y la Liga.

Pero quedó demostrado en la presentación del recurso que el concurso público en el que se adjudicaron los derechos de retransmisión no fue un modelo de limpieza. El director general de la Liga, Rick Parry, reconoció ante los jueces que informó a BSB, minutos antes de que acabara el plazo, de que el importe de la oferta de ITV era superior a la suya, para que los ejecutivos de Murdoch pudieran elevarla en el último momento. Cuando BSB subió la puja, en cambio, ITV no fue informada.

Las sospechas de parcialidad en la adjudicación comenzaron antes del pucherazo en el concurso. Alan Sugar, presidente del Tottenham Hotspurs y uno de los hombres más influyentes en la Liga Profesional de Fútbol, es a la vez presidente de Amstrad, el principal fabricante británico de antenas parabólicas. Gracias a la exclusiva conseguida por la cadena de satélite BSB, se calcula que se disparará la venta de parabólicas y Amstrad recibirá el impulso que necesita, tras las pérdidas registradas en 1991.