Miguel y Raísa Vallés
Miguel y Raísa no se apellidan Gorbachov, sino Vallés. Él llegó a la URS S durante la guerra civil con otros 156 jóvenes españoles para adiestrarse como piloto de aviación. Miguel, allí Mijaíl, no fue uno de los 2.895 niños -estaba en el grupo de los jóvenesque llegaron en cinco expediciones entre marzo de 1937 y diciembre de 1938. Sin embargo, como los más pequeños, empalmó el sufrimiento de la contienda española con el de la II Guerra Mundial.La vida en la URSS no fue fácil, pero los chavales de entonces se muestran agradecidos. "Los rusos no les daban pan a sus niños, pero a nosotros sí", recuerda Clara Aguirregaviria, madre del jugador de baloncesto Josechu. Biriukov. Uno de cada tres ,concluyó estudios superiores (332 se hicieron ingenieros industriales y 100 médicos).La repatriación se ha efectuado en tres etapas. En la primera (1946-1947) salieron unas 350 personas. El mayor contingente, cerca de 1.500, abandonó la URSS 10 años después, aunque un tercio regresó de nuevo a aquel país. A finales de los setenta, tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas, los niños evacuados por el Gobierno republicano -sobre todo vascos y asturianos- iniciaron la tercera fase de un retorno que aún continúa. Quienes regresaron en los cincuenta han tenido el tiempo a su favor, pero. tampoco resultó fácil. "La vuelta fue dura. Algunos pensaban que veníamos hasta con rabo", asegura Carmen Artaza.
18 meses para una vivienda
La mayoría de los consultados se quejan del, despego de sus familias hacia ellos, pero lo comprenden. Tenían entre 5 y 12 años cuando fueron embarcados con rumbo a la URSS.
En cuanto a las ayudas recibidas, hay quienes, como Miguel y Raísa, obtuvieron vivienda al cabo de 18 meses de espera. También sus dos hijos recibieron sendas casas. La suerte no ha sonreído a todos por igual, pero aseguran con dolor que las buenas expectativas para el retorno levantadas durante las visitas de mandatarios españoles a Moscú se estrellan contra las dificultades reales de la vuelta a casa.
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