Tete Montoliu recupera la memoria del club de jazz
El pianista catalán actúa toda la semana en Madrid
El jazz norteamericano se ha permitido el lujo de producir, al menos, un genio por década. En España, a duras penas hemos podido gozar de un músico de jazz importante en lo que va de siglo. Ese es Tete Montoliu, y el mérito es todo suyo. El pianista catalán celebra esta semana su reencuentro con el club en el café Central, de Madrid. En su memoria permanecen los días lejanos del whisky jazz, cuando comenzaba su reconocimiento.
Actualmente no se encuentra en las mejores condiciones físicas. Son visibles en su rostro las huellas de una enfermedad de la piel que todavía le produce molestias, aunque siempre está dispuesto a hablar de música. "No se puede aprender a tocar jazz en una escuela. Yo he aprendido jazz tocando junto a gente mejor que yo".Tete, que es un maestro, se muestra encantado con la nueva generación de pianistas: James Williams, Marcus Roberts y, especialmente, Mulgrew Miller. "Estos chicos me están enseñando a tocar cada día mejor".
Está muy interesado en la literatura latinoamericana, "no porque esté de moda, mi música tampoco lo está, sino porque me gusta. Cortázar, por ejemplo, me influyó tanto que cambió mi manera de tocar el piano". De entre los escritores europeos prefiere a Albert Camus y Miguel Delibes.
Ha viajado por todo el mundo y en todos los lugares ha sido bien recibido. "Musicalmente nunca he tenido un fracaso, en todas partes me han querido, me han respetado y me han valorado". Lógicamente, reserva sus mejores palabras para su ciudad natal. "Barcelona es mi ciudad, soy el Tete de ellos, no importa que un día no vengan a verme, ya vendrán al siguiente". Cuando está en el extranjero busca con afán los restaurantes italianos y chinos. "Ya no los hay auténticos, pero me hago la ilusión de que como bien".
Cuando está en casa se relaja escuchando fútbol por la radio y discos en su sofisticado equipo de sonido. Algunos de ellos son suyos, como los que ha grabado para el sello milanés Soul Note, de los que se muestra muy orgulloso: "Son los mejores que he hecho. Grabaré diez sólo con piano, pero también existen proyectos para hacerlo junto a otros músicos".
Finalmente, se reserva para sí mismo el papel de entrenador del equipo de sus amores, el Barça, al que reforzaría con el fichaje de Alfonso Guerra. "Creo que sabe jugar al fútbol también, ¿no?", dice bromeando.
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