Escalador no significa depredador

Recientemente he quedado perplejo por un artículo aparecido en su diario (30 mayo), en el que se señalaba la incompatibilidad entre el deporte de la escalada y equilibrio ecológico. Solamente alguien que ignore la verdadera naturaleza de este deporte puede realizar afirmaciones como la de que las zonas rocosas de España "se están viendo invadidas anárquicamente por un tipo de deporte que viene a ocupar, de modo incompatible, el mismo hábitat o nicho ecológico que las colonias de rapaces".Si alguien ha estado, y está, preocupado por la conservación de la naturaleza, éste ha sido el que del aire libre en todas sus manifestaciones (escalada, pero también montañismo, trekking, etcétera) ha hecho su principal afición, cuando no su forma de vida. Toda su actividad está centrada en respetar el lugar que le ofrece lo que la ciudad no le da. En este sentido, cuando se proporciona información de zonas de escalada en revistas especializadas (como la revista Desnivel, a la que tan flaco servicio hace el que firmó el citado artículo), se resaltan con especial interés la fauna y flora de la zona reseñada, a la vez que se dan indicaciones de cómo no alterar el hábitat de las especies, por ejemplo, el no realizar actividades de escalada en las fechas en que anidan determinadas aves, o no dejar basura al abandonar la zona de escalada.

Más valdría denunciar como verdaderas agresiones a la naturaleza los vertidos a los ríos, la deforestación, la caza furtiva, basureros incontrolados y la aniquilación de especies, además de las construcciones legales e ¡legales que poco a poco van reduciendo nuestros parques naturales y bosques a su mínima expresión.-