Codo a codo en Perú, pese al triunfo de Vargas Llosa sobre Fujimori en televisión

El escritor Mario Vargas Llosa, de 54 años, mostró más solidez en su programa político y mayor claridad expositiva que el otro candidato a la presidencia de Perú, el ingeniero Alberto Fujimori, de 51 años, en el debate en televisión que se celebró la noche del domingo (madrugada de ayer en España).

ENVIADO ESPECIAL, Un sondeo de opinión realizado al final del programa mostró que un 48% de los encuestados considera que Vargas Llosa ganó, un 37% cree que venció Fujimori y un 12% que hubo empate. Pero sigue la incertidumbre electoral.La encuesta no significa que Vargas haya dado un golpe definitivo a Fujimori ante la elección presidencial del próximo domingo, sino simplemente constata que la mayoría piensa que el escritor estuvo mejor. El mismo Vargas comentó, tras el debate, que no hay que exagerar las expectativas, porque luego los resultados pueden ser diferentes.

Los escrutinios de la primera vuelta electoral, el pasado 8 de abril, corroboran lo atinado que puede ser esta apreciación de Vargas. En aquella ocasión, el llamado fenómeno Fujimori sorprendió al mundo. El desconocido Fujimori, un ingeniero hijo de japonés, consiguió un 24,62% de los votos, que le permitió pasar a disputar la según da vuelta con Vargas Llosa que tuvo un 27,61%, muy por debajo de lo que esperaban los seguidores del famoso escritor. Las últimas encuestas sobre intención de voto para el domingo dan todavía como favorito a Fujimori, aunque con tendencia a bajar.

El debate del domingo en televisión se celebró tras varios días de tira y afloja entre los negociadores de los dos candidatos. Fujimori quería cuatro debates y Vargas sólo uno. Al final se acordó un único debate de dos horas y media con unas normas muy rígidas, que fueron escrupulosamente respetadas por los dos candidatos a la presidencia.

Vargas y Fujimori tuvieron el mismo tiempo para exponer sus posiciones sobre seis temas: pacificación nacional, programa económico, desarrollo agrario, educación, trabajo y economía informal y el papel del Estado. Cada candidato dispuso de seis minutos para exponer sus temas. Seguían tres minutos para las réplicas de cada uno y luego dos minutos más para dúplicas. Al final, cada candidato tuvo cinco minutos para un mensaje al electorado.

Lo más llamativo del debate fue tal vez la nueva imagen que la televisión mostró de Fujimori. A lo largo de dos horas y media, las cámaras presentaron a un Fujimori crispado, tenso y capaz de recurrir a todas las malas artes de un político convencional. No hubo ni una sola sonrisa, ni un rasgo de humor en un Fujimori que no se parecía en nada al chinito de la suerte que en la primera vuelta conquistó al electorado. Fujimori sacó a ' relucir unas antiguas declaraciones de Vargas donde reconocía haber consumido droga en una ocasión, aludió a la novela Elogio de la madrastra sin llegar a concretar el motivo de la mención y acusó al escritor de haber sido velasquista, partidario del dictador Velasco Alvarado. No consiguió Fujimori disipar la impresión de que carece de alternativas concretas para superar la crisis de Perú. Vargas sólo replicó a la acusación de haber consumido droga, y dijo que esto ocurrió cuando tenia 14 años y no se había repetido, mientras que entre los diputados de Cambio 90, la agrupación política que apoya a Fujimori, figura una mujer condenada por narcotráfico.