Banco de datos de historiales médicos accesible por tarjeta
La empresa Salud Data ha comercializado en España la tarjeta de salud, basada en el almacenamiento informático de historiales médicos y la utilización de los mismos con fines asistenciales y de seguimiento de la salud de los asociados. Actualmente tiene 27.000 abonados, de los cuales 12.000 son escolares canalizados por colegios. "El usuario tiene su historial, actualizado, siempre que lo necesite, y en caso de emergencia puede dar la información básica al médico en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora", ha. explicado Marcial Gómez Sánchez, consejero delegado de la empresa.La tarjeta lleva datos de identificación personal, ¡in código e información de urgencia. Es también un sistema de pago por banco para servicios sanitarios. La incorporación de los farmacéuticos como agentes primarios de salud amplía el ámbito del historial médico al seguimiento de los tratamientos. En el futuro se almacenará la información relativa a la condición de donante de órganos y el testamento vital de la persona (prohibición de ser sometido a determinadas prácticas).
El titular de la tarjeta tiene acceso a su historial por teléfono, telefax y télex. La empresa afirma que está garantizada la confidencialidad de la información por un sistema de códigos. Los profesionales sanitarios asociados conectan por videotex al ordenador central, y podrán utilizar este sistema para intercomunicarse entre sí y con los bancos de datos sanitarios mundiales.
"La comunicación electrónica entre médicos y farmacéuticos", comenta el doctor José Miguel López-Ibor, presidente de Salud Data Madrid, "convierte una ciudad o todo el país en un hospital en el sentido de aprovechar las ventajas de acceso a pruebas, consultas entre especialistas y unidad de esfuerzos. Además, el tratamiento informático de los datos va a permitir realizar irivestigaciones no sólo sobre población enferma, sino también sobre población sana".
En varios países europeos y en EE UU están funcionando tarjetas de salud con microfilmes, microchips o magnéticas. 'La ventaja de nuestro sistema", afirma Gómez Sánchez, "es que el profesional sanitario no precisa un equipo lector especial".
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