Guerra, guardián de la oposicion
Siendo Alfonso Guerra un personaje más cercano a motivar carcajadas que reflexiones intelectuales, comienza a perfilarse en él una característica desconocida de su complicada personalidad, la de guardián de la oposición. Esto le lleva no sólo al ejercicio de la docencia con sus militantes, sino que pretende hacerlo con la oposición, aconsejando sosiego y serenidad a los partidos de la derecha, según él, PP y CDS.Ante esta actitud caben dos hipótesis: o es un intento del señor Guerra de que la oposición se organice mejor para arrebatar el poder al PSOE, o es un acto más de cinismo intelectual cercano a la burla y la carcajada que tan aficionado a promover es el vicepresidente del Gobierno.
La reiteración enfermiza con la que califica al CDS como partido de derechas refleja el gran miedo del PSOE -una vez perdido su horizonte progresista- en que consolide una fuerza de centro progresista como Centro Democrático y Social.
De tanto hablar los socialistas de los pactos de la derecha, quizá consigan que el electorado valore serenamente lo que han sido los acuerdos de gobierno en tres o cuatro ayuntamientos, igual que los tiene el PSOE con el PP, con PNV, con Coalición Galega, con Unión del Pueblo Navarro o con CDS, provocando la confusión en los lugares donde estos acuerdos están vigentes, si en vez de tomarlos como tales se tomaran como renuncias ideológicas de los partidos firmantes.
El provocar confusión en el electorado para conseguir que "a río revuelto, ganancia de pescadores" se acerca más a las intenciones del señor Guerra que la de haberse transformado de proferidor de insultos y descalificaciones en sereno analista político, y de manipulador de voluntades y captador de tránsfugas en guardia de la democracia y de la oposición.-
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