Prehistoria de John Ford

Tres hombres malos -junto con El caballo de hierro- es una película de una importancia excepcional a la hora de fijar algunas constantes futuras de la plenitud del estilo de John Ford, un descomunal cineasta, el más completo de la historia.No es aventurado decir que Ford, a partir de 1939 con La diligencia, creó de una vez el modelo del western de la etapa adulta del género, que es una de las cimas del cine. Pero no extrajo tal modelo de la nada. Le salió de una vez torrencialmente, pero no sin antecedentes.

Los antecedentes provienen de la tradición del westem mudo fundacional, en el que hay obras de pioneros -David Griffith, Wesley Ruggles, William Ince, Raoul Walsh y el propio Ford- que ya tan tempranamente anticiparon los rasgos identificadores del estilo de madurez. Muchos de estos rasgos están en la prehistoria westerniana de Ford, en la que Tres hombres malos ocupa un lugar esencial.

Pero este maravilloso filme es más que una reliquia histórica. Es una obra de extraordinaria perfección, en la que el joven Ford muestra, aún sin afinar del todo pero perfectamente visibles, las armas del Ford maduro y del viejo Ford, torre invulnerable de la hermosa fortaleza del western. Los amantes de este género encontrarán en su contemplación una gratificante constatación de que los hallazgos posteriores de Ford no venían de la nada.

Y los que, sin ser proclives a dejarse capturar por la fascinación de la aventura de la conquista de las praderas encontrará en este filme diversión segura: esa inimitable trepidación, jalonada por brotes de humor y de ternura, que anida en el repleto corazón de los grandes filmes de la aventura fordiana, una aventura aparentemente ligera de equipaje estético, pero que mirada por dentro resulta densa, bella, pura.

Tres hombres malos se emite en Filmoteca TV, a las 0.35 de hoy, por TVE-1.